"La ciudad sin luz": premoniciones árticas
Por Ignacio Castro Rey
A pesar de generarle sentimientos encontrados, Iñigo Errejón llegó a hablar recientemente de una desolada orfandad al terminar La ciudad sin luz, primera parte de Mil ojos esconde la noche. No es de extrañar. La intensidad carnal de los personajes y situaciones que Juan Manuel de Prada recrea es tal, el ritmo que nos acoge en ese universo ficticio es tan vivo que muy bien se puede producir, al término de convivir con esos perfiles en hervor, la aflicción de un vacío. Quizá la sensación de orfandad se alimente finalmente de algo parecido al temblor de una emoción que en La ciudad sin luz late por todos los poros y, sin embargo, en la vida corriente hemos dejado languidecer.

Por Ignacio Castro Rey (*)

 

¿Quién habló de frío en el rostro? A pesar de la deserotización producida por la información y su cansina presión política, a pesar de los ríos de tinta -con frecuencia banales- vertidos sobre la sexualidad, poco se puede decir que esté a la altura de los placeres de la carne, de sus mil delicias compartidas. Deshacer las camas, apartar de una patada los obstáculos, quitarse la ropa en desorden.

Por Eduardo Luis Aguirre

Para explorar el núcleo duro del mito es interesante trazar, inicialmente, una línea de tiempo a la hora de analizar el devenir de las monarquías, en momentos en que las democracias, tal como las asumimos, adolecen de una pérdida de legitimidad sin precedentes. El paralelo no es solamente histórico. Las derechas, que hacen un permanente hincapié en los formatos institucionales capaces de establecer una autoridad simbólica que garantice la "moral" de una política de la cual siempre desconfían, conviven con la expectativa ilusoria de la construcción de un todo perfecto.

Lucas Marchesín hace pie en la revolución de Saur. El Afganistán socialista durante los años de influencia de la antigua Unión Soviética. Un país precapitalista proletarizado. Los límites políticos calientes de los afganos. Su estructura productiva y una orografía crucial. La influencia y la adhesión política que concita el talibán.

El rol de los Estados Unidos, de Europa y de Pakistán. Los talibán como nuevos interlocutores de las potencias mundiales.

 

Por Lidia Ferrari (*)
"Al principio mis observaciones tenían un tinte abstracto y generalizador. Percibía a los transeúntes en masa y los consideraba un cúmulo colectivo de relaciones. Pronto, sin embargo, me sumergí en los detalles y observé con minucioso interés la innumerable variedad de figuras, atuendos, portes, andares, rostros y expresiones de los semblantes”. Edgar Allan Poe

A partir de una indagación en curso decidí internarme en una lectura más detenida del texto de ‘Psicología de las masas y análisis del yo’ de Freud. Descubrí que en anteriores lecturas me había resultado difícil deslindar la voz de Freud de la de los teóricos de las masas que cita extensamente. Esa confusión de voces no provenía sólo de una lectura que los confundía sino de que en el mismo texto esa diferenciación no era clara.

Por Yohanka León del Río

"La nueva experiencia de sueño se instaura en la misma medida en que la historia no se inmoviliza, no muere." Paulo Freire


El sistema no crea un sentido común, sino manufactura un consenso, dice Noam Chomsky, expresando con ello que lo empaqueta y embala como valor de cambio. Este "sentido común" así elaborado se impone en el conducto del consumo indiscriminado a través de los mass media sustentados por la totalidad de la más alta tecnología de la información y la comunicación.

Veinte años no es nada. El martirio afgano y una nueva masacre producida por Estados Unidos y sus aliados. El final anunciado de una nueva intervención que solamente causa destrucción y muerte durante 20 años.

Las imágenes estremecedoras, la idea de democracia en clave neoliberal, el drama de las mujeres y la responsabilidad de occidente. Una nueva evidencias de la existencia de un sistema de control global punitivo. Las nuevas guerras y la policización y militarización de los sistemas de creencias alternativos. La irrupción talibán en Kabul, consumada en apenas una semana y los nuevos interlocutores internacionales emergentes en Afganistán.

Por Eduardo Luis Aguirre

Después de 20 años, los talibanes volvieron a asumir el control de Kabul, la capital afgana. El ex presidente  Ashraf Ghani renunció a su cargo y abandonó el convulsionado país asiático mientras el ministro del interior interino Abdul Sattar Mirzakwal prometía que la transición sería pacífica y se garantizaría la vida y la seguridad de los ciudadanos. Al mismo tiempo, el funcionario decretaba el toque de queda en una ciudad aterrorizada por el retorno de sectores radicalizados al poder y el Consejo de Seguridad de la ONU convocaba a una reunión urgente de sus miembros para analizar un contexto de máxima sensibilidad.