Veinte años no es nada. El martirio afgano y una nueva masacre producida por Estados Unidos y sus aliados. El final anunciado de una nueva intervención que solamente causa destrucción y muerte durante 20 años.

Las imágenes estremecedoras, la idea de democracia en clave neoliberal, el drama de las mujeres y la responsabilidad de occidente. Una nueva evidencias de la existencia de un sistema de control global punitivo. Las nuevas guerras y la policización y militarización de los sistemas de creencias alternativos. La irrupción talibán en Kabul, consumada en apenas una semana y los nuevos interlocutores internacionales emergentes en Afganistán.