Por Eduardo Luis Aguirre
“El hedor de América es todo lo que se da más allá de nuestra populosa y cómoda ciudad natal. Es el camión lleno de indios, que debemos tomar para ir a cualquier parte del altiplano, y lo es la segunda clase de algún tren y lo son las villas miseria, pobladas de correntinos, que circundan Buenos Aires”. “Un juicio de pulcritud se da en Ezequiel Martínez Estrada cuando expresa que todo lo que se da al norte de la pampa es algo así como los Balcanes” .“La categoría básica de nuestros buenos ciudadanos consiste en pensar que lo que no es ciudad, ni prócer, ni pulcritud no es más que un simplehedor que merece ser exterminado” (Kusch, Rodolfo: “América Profunda).
Las emociones vuelven: ¿alguna vez se habían ido? La compasión, la tristeza, el asco, la ira, el miedo o la alegría encarnan la violencia del alma, de tener un alma. Sin embargo, oímos, es necesario saber gestionar nuestras emociones. Ahora bien, solo se gestionan cadáveres, vivencias previamente troceadas, diseccionadas, arrancadas de su suelo corporal de verdad.
La ministra Sabina Frederic acaba de tomar decisiones históricas en temas sensibles de la cartera a su cargo. Desmontar-uno por uno- los dispositivos de control punitivo interno del macrismo constituían una suerte de imperativo categórico para cualquier gobierno popular. Los desafíos que restan en materia de seguridad son enormes, pero la perentoriedad táctica de las medidas ensayadas impactan en el horizonte de proyección de cualquier estrategia democrática a desarrollar en el mediano y largo plazo. El primer paso está dado.
Por Eduardo Luis Aguirre
Enrique Dussel piensa que en América Latina la idea de liberación es consustancial a la existencia misma del continente, permea la realidad de las pulsiones emancipatorias y abarca y compromete las subjetividades oprimidas de millones de seres humanos. Parece imposible pensar nuestra región sin poner de relieve la necesidad de imaginar, sostener, articular y poner en práctica una nueva epistemología liberadora.
Por Eduardo Luis Aguirre
En una recordada entrevista que le realizó para radio Canadá el periodista Claude Lanzmann, que fuera reproducida hace algunos años por el Canal Encuentro, Jean Paul Sartre definía lo que, en su visión, significaba ser un intelectual (*). En esa misma oportunidad (meses antes del mayo francés), ensayaba una aclaración previa y luego una diferenciación categórica que intentaremos revisar y poner en tensión, para reconocer con mayor fortaleza, paradójicamente, la densidad teórica de esas declaraciones alrededor de un punto nodal que sigue siendo un territorio en disputa en la Argentina.
Por Eduardo Luis Aguirre
La historia oficial nos enseñó que en un revulsivo año 1492 acontecieron dos sucesos decisivos, capaces de explicar lo que ocurriría en los siguientes cinco siglos. En enero de ese año caería Granada en manos de los reyes católicos, se produciría de esa forma la completa reconquista de España recuperándose el último bastión de los moros en territorio ibérico, y se organizaría y concretaría durante el mismo año la empresa más fabulosa de la historia humana: el “descubrimiento” de América.
Por Eduardo Luis Aguirre
“Somos indios, españoles, negros, pero somos lo que somos y no queremos ser otra cosa”, escribía Manuel Ugarte, pensador, militante, ensayista y uno de los principales teóricos del socialismo criollo que se opuso a las vertientes más recalcitrantes y antinacionales de la iconografía de la izquierda nordeurocéntrica en la Argentina. Ugarte permanece en el más oprobioso de los olvidos y raramente las aulas asumen su legado, que por otra parte mantiene una incólume vigencia.