De pura cepa
Por Lidia Ferrari
Estoy pensando que los macristas y los mileistas son porteños de pura cepa y provienen de la educación privada. Son los primeros. Hasta ellos la mayoría de los presidentes provinieron de la educación pública y eran provincianos.

Por Eduardo Luis Aguirre

Cuenta la historia que en el París de los años 60 y 70, cada vez que acontecía un hecho político o social relevante muchos esperaban a ver qué decía Sartre sobre ese acontecimiento. La palabra del intelectual era esperada porque su pensamiento establecía un punto de partida para reflexionar sobre el suceso público acaecido. Y aunque el propio Sartre no lo señalara expresamente cuando caracterizaba el rol de un intelectual, diferenciando incluso entre los intelectuales de los países opresores y los pueblos oprimidos, seguramente intuía que entre la expectativa que se formaba respecto de su palabra y la opinión pública ulterior existía un imperceptible lazo unitivo.

Eduardo Luis Aguirre analizó en "Multitud" la historia viva de la revista "Con todos por la liberación", una publicación que llegó a editar  cinco números en los primeros años década de los años setenta.

En los últimos tiempos, ediciones Amerindia compiló esos textos en los que escribían artistas, dirigentes, militantes, luchadores sociales, pensadores y académicos. Las temáticas abarcaban las problemáticas pampeanas pero también hacían hincapié en temas nacionales e internacionales. Esta obra forma parte, sin duda, del patrimonio cultural de las y los pampeanos. Por su calidad, por la riqueza y la profundidad de sus artículos, por su constante compromiso con los intereses populares.  Llamativamente, en materia internacional los textos elegidos en los comentarios guardan una sorprendente relación con lo que acontece en el mundo, 45 años después. En síntesis, una verdadera epifanía surge de una obra que debería ser materia de lectura y consulta permanente de nuestros comprovincianos.


 Por Lidia Ferrari

a la memoria del '55 

Borges escribe una fuerte diatriba contra Perón en 1955, año en el cual festejaría el derrocamiento del gobierno de uno de sus enemigos ideoló­gicos. Su texto intenta mostrar el procedimiento por el cual alguien puede hacer creer cosas que no son ciertas. Lo que dice en ese pequeño texto para denostar al fenómeno peronista, utilizando la lábil frontera entre ficción y realidad y su manipulación, podría ser utilizado para analizar su propia invectiva.

Por Eduardo Luis Aguirre

En un mundo caracterizado por la vertiginosidad de las transformaciones tecnológicas y una cotidiana explosión informativa, las generalizaciones y las consignas formuladas como textos se convierten en armas letales cuando de lo que se trata, justamente, es de encontrar trabajosos puntos de amarre o aproximaciones a las complejidades del siglo de la pandemia.

En la edición sabatina de "Multitud" Eduardo Luis Aguirre analizó las elecciones presidenciales en la República del Perú.

La situación previa al balotaje y las fuerzas en pugna. La importancia geopolítica de la compulsa. El fujimorismo al acecho, asediado por condenas y acusaciones por crímenes de manifiesta gravedad. La aristocracia limeña, su prédica, sus diarios, sus intelectuales orgánicos y la aparición inesperada pero incontrolable de un maestro del país profundo. La influencia de un nuevo racismo y la importancia de no banalizar su ascenso en un momento que exige una precisión y un cuidado especial de las palabras y los conceptos de los líderes regionales. La fatídica prédica presidencial argentina, justo en un momento donde el racismo peruano pone de relieve una ferocidad que lo distingue de las expresiones fascistas del siglo XX y amenaza sumarse en Latinoamérica a lo que Franco Berardi llama una guerra civil global. La perplejidad resultante de que medio electorado vote a Keiko y las explicaciones posibles en materia de teoría política. El resultado y la incertidumbre que viene. La necesidad urgente de una construcción de pueblo que le ponga un límite a la ultraderecha, como imperativo urgente.


Por Eduardo Luis Aguirre

Profesor de Derecho Indígena (UNLPam)

Nunca imaginé que uno de los intelectuales argentinos más brillantes habilitaría el formato cultural que insólitamente verbalizó hace unas horas el Presidente de la Nación. Cuando esas opiniones provienen de gente que respetamos, apreciamos y admiramos, el impacto suele ser, esperablemente, mucho más duro.

Eduardo Luis Aguirre dialogó en "La condición humana" con el filósofo español Ignacio Castro Rey, autor de "Mil días en la Montaña", "Lluvia oblicua" y "Ética del desorden", entre otras obras notables.

Una conversación exquisita sobre la vida, la emancipación, lo político y la pasión por el pensar. Sobre la aventura de escribir un libro atravesado por las sensaciones tan profundamente humanas que sobrevienen en la soledad de las las cumbres. Un pensador que concibe sus libros como armas, paradoja metafórica en un amante empedernido de la paz y la libertad , que piensa a borbotones, sin pausas y nunca nos deja afuera. Que nos convoca, en la audacia revolucionaria y promediada de la más descarnada humanidad, a pensar detenida y detalladamente en nuestra propia existencia.