Por Hubert Matías Parajón*

A doscientos años de la declaración de la independencia de la corona española y de “toda otra dominación extranjera”, el país vuelve a encontrarse colonizado bajo el mando de empresarios a cargo del poder político que con sus decisiones someten el destino del país al capital financiero transnacional del que forman parte. La actual coyuntura junto a otras tantas restauraciones conservadoras que debimos padecer, demuestra que por más declaraciones que se hagan, la independencia no se obtiene de una vez y para siempre. Los procesos políticos que mediante sus diversas acciones contribuyen a incluir a los más desfavorecidos reduciendo la brecha de desigualdad propia de todo sistema capitalista, son blanco directo de ataques de ese mismo poder que no está ni estará dispuesto a ceder uno solo de sus privilegios. A estos llamados poderes fácticos incrustados en los poderes políticos no los beneficia ninguna medida redistributiva de la riqueza o de ampliación de derechos para las mayorías populares, pues les implica dejar de percibir el mayor rédito económico al menor costo posible. 
El deterioro del tejido social y del aparato productivo local provocado por la indiscriminada ola de despidos, apertura de importaciones, devaluación, especulación financiera y los aumentos tarifarios desenfrenados que hieren de muerte a las pequeñas empresas y a la mayor parte de la población, es dispuesto por aquellos mismos que actúan de los dos lados del mostrador representando los intereses de las empresas favorecidas por sus propias medidas. De ahí su desprecio por cualquier iniciativa que redunde en inversión social, fomento del mercado interno y de la industria nacional. Uno de sus objetivos centrales es el de crear las condiciones para que nos convirtamos en una guarida fiscal que le haga el caldo gordo a la especulación financiera y a la fuga de capitales para pasar a quedar reducidos, a lo sumo, a un país de servicios con eje en el modelo hindú, tal como con su dislexia cool lo han venido sosteniendo sus gerentes. 
Lamentablemente, todo proceso transformador atraviesa por momentos de avances y retrocesos. Que este bicentenario nos lleve a reflexionar acerca de que el colonizador dejó de ser la tropa militar. Hoy está representado por los sectores económicos más reaccionarios y concentrados a cargo del manejo del Estado que con su matriz intrínsecamente perversa, excluyen, hambrean y reprimen al pueblo con la complicidad de los medios de comunicación afines y la anuencia de la corporación judicial dispuestos a perpetuarse en el poder. La conservación de sus privilegios atenta contra la justicia social y nuestra soberanía. Será el terreno cultural el ámbito apropiado en el que a estos sectores se le dispute el poder para someterlo definitivamente al control político del Estado, garantizando así nuestra independencia.
* Abogado.


Las personas que no trabajan y que no emprenden nada en la vida pierden con facilidad la paciencia y cometen errores cuando juzgan el trabajo de los demás”. Aleksandar Vuksanovic eligió esta frase de Ivo Andrić, premio Nobel de literatura en 1961, para inaugurar su documental “A un solo disparo”, un film alternativo sobre la I Guerra Mundial  que se le parece muchísimo y que compartimos con nuestros lectores. Ocurre que me acaban de avisar que Aleksandar nos ha dejado. De manera inesperada, a las corridas. Como se me representaba que vivía este militante, escritor, creador, polemista, laburante y obstinado gladiador del argumento. Un pacifista empedernido empeñado en mostrar, en cuanto espacio pudiera, las miserias de los poderosos del mundo y de las guerras. No le faltaban motivos y le sobraban razones. Su propia biografía, lo poco que yo conocía de ella, le obligaba casi fatalmente a asumir ese rol. Lamentamos mucho su abrupta partida. Demasiado abrupta. Día llegará en que podremos extendernos más sobre él, que lo merece sobradamente. En este momento, la pesadumbre agobia.
El prestigioso fiscal al que le acaban de entregar el premio "Rodolfo Walsh", la distinción más importante a la que un abogado podría aspirar en materia de Derechos Humanos, es Miguel Palazzani. Que es, como nos sucede a todos, muchas cosas a la vez, pero también -déjenme decirlo- un profe de nuestra Facultad. Durante muchísimos años, a través de fatigosas especulaciones y horas arduas, hemos conversado (y lo seguimos haciendo) con nuestros alumnos sobre el perfil del abogado y la enseñanza del derecho. Sobre los riesgos ciertos que entrañan el burocratismo, el ritualismo, el dogmatismo, el conservadurismo, el positivismo y otras calamidades que se abaten sobre la academia y la profesión de abogado.También, sobre la necesidad de actualizar y fortalecer el acotado margen de proyección de nuestros insumos conceptuales con otros saberes que no siempre van de la mano con las concepciones tradicionales del derecho. Como no podía ser de otra manera, insistimos desde la misma perspectiva en la necesidad de generar una epistemología contrahegemónica, un pensamiento crítico emancipatorio, una concepción social de la abogacía.
Por eso, estuvo bueno que, al presentar la "finalidad" de la Carrera, la propia Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam dejara en claro algunas cuestiones que no son menores.
Nuestra Facultad enuncia específicamente que pretende "estimular una concepción crítica del derecho, fomentar un espíritu creativo para imaginar y obtener soluciones jurídicas y originales y formar profesionales para una concepción acabada de la realidad, de manera que permita reconocer las necesidades de la sociedad y las transformaciones requeridas en relación con el derecho.para servir con conciencia a los ideales de libertad e igualdad..." (extraído de su sitio web). Con estas dos evidencias a la mano, se me ocurre que de ahora en más, podríamos decirles, mucho más sintéticamente a nuestros alumnos que, también, pueden ser como Miguel Palazzani.
Por División Las Heras

Durante “la década ganada” en Latinoamérica, gracias a las políticas redistributivas implementadas por los gobiernos populistas, millones de personas que estaban en la pobreza pasaron a formar parte de la mal llamada “clase media”. En realidad, durante ese período sólo aumentaron notablemente su nivel de ingresos, pero esto no significó de ninguna manera que se cambiara la estructura de clases en la región.
Ese aumento en sus ingresos, como estaba previsto, fue destinado casi exclusivamente a un consumo que amplió el horizonte de proyección del mercado interno. Pero derivó en la creación de miles y miles de consumidores, con una percepción distinta de la realidad. Nuevos sujetos para quienes "todo" parecía estar al alcance de la mano, y lo estaba -en todo caso- sólo como consecuencia de su esfuerzo individual. Ya hemos señalado algunas características del consumidor: tiende a ser lábil, individualista, insatisfecho permanente, despolitizado, incapaz de reconocer la intervención del Estado en su bonanza. Y además hace del consumo una expectativa existencial.

Por eso constituyó un error llamar a esos sectores emergentes clase media, concepto multívoco si los hay. Y esto ha sido fomentado y estimulado por el neoliberalismo, por muchas razones. Porque había campo fértil para que estos sectores socialmente promovidos se sintieran efectivamente “clase media” y de esta manera, fácilmente fueron finalmente cooptados cultural e ideológicamente por el consumo, la “revolución de la alegría” o similares, adhiriendo a un proyecto político por el que difícilmente se hubieran sentido representados antes de la "década ganada".




Ese error, de manera directa o indirecta, le sirvió a la derecha para demasiadas cosas. Ganar el balotaje en la Argentina, lograr la destitución de Dilma en Brasil, debilitar al chavismo, erosionar el nivel de aceptación de Correa,  etc. 
Esa supuesta “clase media” entró en crisis a los pocos meses de ponerse en vigencia el plan económico que los CEOS trajeron bajo el brazo, como se está viendo en nuestro país. Y hoy esa importante fracción del pueblo se empieza a mostrar como lo que verdaderamente es: el sector mejor pago de los trabajadores, el que pasó sin escalas de votar a MM por el impuesto a las ganancias, a temblar hoy por el desempleo rampante.

Ese yerro analítico, profundizado con la expectativa estratégica equivocadas de poder construir un capitalismo “bueno” gracias al consumo del keynesianismo táctico y tardío, contribuyó a que del lado del pueblo no existiera un proyecto político claro para ganar políticamente a ese determinante segmento de la sociedad argentina.

No se tuvo en cuenta lo que, según Jorge Alemán “...Es la “violencia sistémica” del régimen de dominación neoliberal: no necesitar de una forma de opresión exterior, salvo en momentos cruciales de crisis orgánicas y en cambio lograr que los propios sujetos se vean capturados por una serie de mandatos e imperativos donde los sujetos se ven confrontados en su propia vida, en el propio modo de ser, a las exigencias de lo “ilimitado”....” (1) Mandato que, vale aclararlo, obliga al sujeto a ser el empresario exitoso de sí mismo. Barrera infranqueable, paradójicamente, para un trabajador.
Para este sector de trabajadores, hasta hace poco tiempo bien pagos,  también aparece como “ilimitada” la capacidad del hombre gracias al desarrollo de las ciencias y las tecnologías y lo limitado que está el acceso a esas capacidades por la dominación neoliberal. Enajenación clarísima, pero bien explotada por el “coro de niños cantores offshore”, que les permitió obtener una mayoria transitoria como para desmantelar en poco tiempo la mayoria de las conquistas de la susodicha década ganada. Y pasar de esta manera a ser en poco tiempo más, a los ojos de esa “clase media” tan festejada con globitos de colores, una “banda de aves de rapiña”. Como lo fueron siempre.

Pongámosle nombres para ejemplificar: los trabajadores petroleros, que acaban de realizar el “comodorazo”, los de las fábricas de tecnologías de la información, los de Impsat, los nucleares, del Conicet, los de informática, químicos, medicamentos, etc. que verificaron en la práctica, no solo que son (muy) capaces, sino que el país está en condiciones de manejar la alta tecnología y con ello aspirar a una vida digna y un desarrollo equitativo autonómico.

Estos trabajadores son los que naturalmente protestaban  contra el impuesto a las ganancias por su trabajo mientras el “coro de niños cantores offshore”, en el gobierno anterior, tambien como en todos, evadía despreocupadamente sumas miles de millones de veces superiores.

El eje de la resistencia al desguace del estado, seguramente pasará por ellos, pero creemos, además, que la posibilidad de realización de un proyecto popular depende de tenerlos en cuenta como el sector mas dinámico de la producción y capaz de aglutinar al conjunto del pueblo.

Los tres actos masivos -24 de marzo, comodoro PY, y 1º de Mayo, más el Comodorazo, mostraron esta tendencia y dejaron colgados del pincel a la mayoría de la “oposición”, política. Ni hablar de los CEOs, que empezaron a los codazos, no solo por los negocios que sus empresas pueden hacer en el desguace, sino porque no saben cómo sigue esta película, con la economía “sincerada” respondiendo al mercado; al gobierno de la alianza le queda -para pasar el largo invierno que se avecina y que puede durar años- intentar seguir engañando a través de los medios y los Servicios que debería proveer el estado en liquidación acelerada. Como respondieron al Dengue responderán a la Gripe A, a las inundaciones, etc. etc. etc.Y esa vieja frase, que viene de lejos en la historia, de que puede empezar a sentirse “tronar el escarmiento” le eriza su tupida pelambre.

Pero es justamente en esta situación donde aparece más patente la necesidad de la emergencia de una voluntad popular expresada en un proyecto político, insumo -como decíamos- muy escaso, y no sólo  en el país. Y que no se resuelve sólo con la aparición del “santiagueño desconocido” de Prat Gay, sino con la creación de un bloque histórico y la construcción de una nueva hegemonía. En la que será decisiva, una vez más, la batalla cultural inconclusa.

La movilización y la organización popular, pero también el desarrollo teórico y el fortalecimiento de un bloque histórico, son las claves para terminar con la pesadilla del advenimiento neoconservador. Ni siquiera es esperable la exhumación de la cláusula gatillo de la consabida "unidad" totalizante del pejotismo, porque a esta altura ha quedado lamentablemente probado que -desatada la batalla cultural y política- la derecha peronista va a volver a jugar con la restauración derechista. Ya lo ha hecho dos veces en el Congreso. Cuenta con muchas fortalezas, la derecha, y con una debilidad estructural, hasta ahora insuperable. Esa que le señala sus propios límites. Ni Clarín, ni la Nación, ni las corporaciones de distinto pelaje ni los intentos destituyentes, ni Comodoro Py (la versión tercer milenio del Edificio Libertador) han sido capaces de debilitar la capacidad de organización y movilización popular de una alternativa emancipatoria que sigue conservando el rol para nada superfluo de sentirse (y ser) la primera minoría. No hay una síntesis ni una construcción alternativa a este bloque inconcluso, que tiene una tarea febril por delante: la segunda batalla cultural.



Cuando hablamos de los Panamá Papers y su verdadera significación y dimensión, tropezamos con una gigantesca maquinaria propagandística hegemónica local que pretende reducir este tipo de conductas a meras infracciones administrativas, cuando no a una expresión intrínseca a la libertad de empresa. Este comportamiento insólito solamente se comprende porque el presidente de la Nación y parte de su grupo más cercano aparecerían seriamente implicados en este escándalo internacional sin precedentes, que en condiciones menos desiguales de la lucha por la cultura y el sentido común, habrían tenido un desenlace diametralmente distinto. Estos efectivos y denodados esfuerzos por minimizar pòsibles delitos de cuello blanco, son, en realidad, algunas de las denominadas "técnicas de neutralización" que Edwin Sutherland explicaba en sus estudios sobre los ilegalismos de los poderosos, que han merecido suficientes abordajes en esta misma hoja. En síntesis, y como ya lo expresáramos en esas oportunidades, se trataría de delitos cometidos por personas que gozan de un alto status social y que se cometen en el ejercicio de sus respectivas funciones. Ese tipo de perpetradores, a diferencia de los que el mismo Sutherland caracteriza como "ladrones profesionales", nunca se asume como delincuente y cuenta, para eso, con dos herramientas legitimantes por demás efectivas. Una de ellas es un sistema de percepciones hegemónico y organizador de las sociedades capitalistas, que asimila la "inseguridad" únicamente a los delitos de calle o de subsistencia, y que a lo sumo desaprueba los denominados delitos contra la administración pública, a los que asimila como "la corrupción", escamoteando la categoría de "estado ampliado" que indudablemente integran estas corporaciones de poderosos, como enseña Gramsci. Otras son, como ya enunciamos, las técnicas de neutralización que desarrollan todos los delincuentes, y que en el caso de los delitos de cuello blanco, generalmente tienen que ver con intentos más o menos consistentes de menospreciar o controvertir las acusaciones, exhibirlas como un ejercicio de la libertad individual o justificarlas por medio de la necesidad de sobreponerse a un exagerado intervencionismo estatal que "ahoga" a la "libre empresa", entre otros pretextos. Abstracción hecha de estas especulaciones criminológicas aclaratorias, conviene tener en cuenta cómo se visualizan este tipo de prácticas desde los países "serios" a los que tanto hemos querido parecernos. Compartimos con nuestros lectores una edición del programa "Fort Apache" de la cadena Hispavisión, que conduce el referente de "Podemos", Pablo Iglesias.


Por División Las Heras


En poco más de cien días aciagos, ha quedado claro que a  estas nuevas derechas no se le pueden dar ventajas. A su sólida representatividad de antiguas hegemonías e intereses foráneos, claramente contrarios a los de la mayoría del pueblo argentino, le añaden un equipo de lúmpenes burgueses dispuestos a hacer la tarea sucia capaz de provocar a la Argentina un retroceso en tiempo récord, desmontando las tareas incompletas del desarrollo  autonómico articuladas por el gobierno kirchnerista durante más de diez años. Con su enorme potencialidad transformadora y sus contradicciones, sus errores y sus crípticas opacidades, por todos conocidas. 
Dispone además, el gobierno neocon criollo, de vínculos empresariales que se conjugan con la complicidad sin límites de los medios de comunicación dominantes, especialistas en impactar en la opinión "pública", en particular en la de los sectores más despolitizados de las clases medias urbanas. 
La disputa sobre la cultura se salda, en buena medida, en esos territorios. En la capacidad popular de articular sistemas de información alternativos, y no tanto en los medios de comunicación convencionales, jaqueados por la creciente falta de legitimidad y confiabilidad con las que la mayoría del pueblo comienza claramente a identificarlos.



Esos medios, igualmente, han intentado infructuosamente -hasta ahora- subalternizar, con la absurda novela de un plantel  de corruptos de cabotaje, la inscripción de Macri y sus principales acólitos en un sistema de control global. Un círculo de poder financiero al que bien podríamos denominar imperialismo, perpetrador de la debacle de países enteros (denunciada hasta por el propio Presidente Obama), violentando, las reglas impuestas por la mismísima "comunidad internacional" a la que durante tanto tiempo el establishment argentino dijo querer parecerse. Báez pasa a ser, de esa manera, la "contracara" pedestre ("fea, sucia y mala") , menor, de un gigantesco sistema de expoliación global del que participa protagónicamente la matriz macrista. Esa que los medios argentinos, en soledad global, naturalizan, cuando no invisibilizan sin remordimiento ni prurito alguno. Hasta que comienza a agitarse la pesadilla tan temida: los vínculos del chivo expiatorio con el riñón del macrismo.

Hace unos días  Carlos Pagni advertía en La Nación que la campaña “mani pulite” que están impulsando groseramente los medios concentrados y el Partido judicial brasileño contra Dilma, preocupan a empresarios y funcionarios argentinos:

“... ahora sobran testimonios de legisladores que reciben llamadas de antiguos funcionarios y empresarios preocupados por un uso imprudente de estas normas. No vaya a ser que Brasil sea un espejo que adelanta.

El espejo brasileño devuelve una imagen deformada a la Argentina. En 2004, Moro estudió el proceso mani pulite (http://s.conjur.com.br/dl/artigo-moro-mani-pulite.pdf), que en 1992 produjo en Italia una revolución en cámara lenta. Extrajo una lección: como la corrupción suele ocultarse en sofisticados montajes institucionales, es indispensable contar con arrepentidos que ofrezcan precisiones sobre los delitos. Y para que los delincuentes se arrepientan hace falta meterlos en la cárcel. El método desata reacciones en cadena: el preso que supone que en otra celda alguien lo delata, pide confesar sus fechorías para negociar la pena. La otra enseñanza de los fiscales italianos fue que las investigaciones deben legitimarse ante la opinión pública con la filtración de datos a la prensa..... Los magistrados están hiperactivos para autopreservarse". 
 El columnista anticipaba que el gobierno puede haberse arrojado a una ciénaga sin fondo que terminará fatalmente devorándolo. 

Así como en su momento anticipábamos que la citación a CFK de Bonadío era sólo una enorme pantalla para ocultar el particular negocio real que habían hecho Macri y sus Ceos con el dólar futuro y que C5N detallaba en absoluta soledad, creemos que aún con el manejo de los “arrepentidos”, el Poder Judicial y la creación de un clima de época mediante los medios hegemónicos, el tiro al gobierno le puede salir otra vez por la culata. Igual que al juez autonomizado, enterrado a manos de una primera multitud de decenas de miles de militantes que acompañaron un día hábil bajo la lluvia a CFK, en la primera gran pueblada contra la derecha encaramada en el gobierno. La primera de tres en cinco meses.

Los promotores de la mani pulite vernácula están caminando por el filo de la navaja, ya que el poder real sigue siendo el mismo y tanto jueces aptos para todo servicio, empresarios, políticos “influyentes” y medios concentrados siguen siendo también los mismos. Que se encuentran estrecha y peligrosamente (para ellos y para el gobierno) emparentados en sus intereses de clase con los burgueses litoraleños del Brasil. Y  en el caso de los empresarios, hasta a veces son los mismos a ambos lados de la frontera o al menos conservan  lazos carnales.

Esto genera una situación extremadamente complicada para el gobierno, ya sea por su incapacidad manifiesta o por su preocupación centrada exclusivamente en transferir riquezas a los sectores más concentrados del capital, y en atender sus rapaces intereses particulares, que quedaría una vez más al descubierto. Basta recordar que hasta en el episodio de Báez asumen un rol protagónico personajes "vinculado"s a Macri.

Mientras tanto, los CEOS en el gobierno siguen sembrando miedo (encarnan la nueva "inseguridad" percibida como principal temor por los argentinos) y devastación, disminuyendo el salario promedio al del año 2007, lo que augura que ninguna recuperación será fácil ni rápida, a menos que el próximo gobierno nacional y popular decida llevar adelante las tareas incumplidas por un keynesianismo táctico que ha demostrado que es capaz de producir un empoderamiento masivo y provocar una inclusión social sin precedentes. Pero que también se ha revelado como insuficiente e incapaz de desapoderar a los sectores hegemónicos de segmentos estratégicos de la economía y la cultura.

Lejos de parar la pelota, la lumpenburguesía acelera -mientras tanto- la destrucción sistemática de la riqueza nacional  y multiplica el endeudamiento del país. La pulseada contrahegemónica debería llevar a fondo  las investigaciones de corrupción, cuentas off shore, complicidad con los sectores más concentrados de la economía interna y con los centros financieros de mayor densidad del capital mundializado, la evasión, el enriquecimiento ilegal de políticos y empresarios para, al menos, dejar en evidencia de que es la matriz del robo la que caracteriza la rapacidad neoliberal. También su adscripción a formas de disciplinamiento y control que pasan por la construcción de un nuevo enemigo -el narcotráfico- respecto del cual no habrá límites ni garantías en una "lucha" que binariza la conflictividad y militariza la disputa, incluso con la participación de potencias que representan la centralidad misma del imperio.
La respuesta popular debe pasar por la consolidación de un bloque histórico, que acierte en la construcción de una diagnóstico y una propuesta política que hasta ahora (debemos admitirlo) no existe. Que obviamente deberá ser llevada adelante por el pueblo “empoderado”. O sea, con la participación consciente, organizada y activa de las grandes mayorías.
La ardua transición admite escenarios distintos. Uno, reproduce la deriva conservadora que parece no tener fin, y en ese caso estaríamos ante un epílogo abierto que obliga a pensar alternativas de cara a la necesidad de generar una densidad democrática acorde con escenarios rupturistas provocados por la derecha en el poder y los millones de nuevos pobres y desocupados que habrá generado en estos meses. En ese caso, el pueblo deberá estar igualmente atento a las pulsiones exógenas, que no suelen ser contemplativas ni piadosas con los gobiernos autonómicos y las gestas emancipatorias en cualquier lugar del mundo. Ese contexto hipotético permitiría una exhibición obscenamente tergiversada de la realidad objetiva. Las grandes cadenas comunicacionales han demostrado ser especialistas en este sentido.
Otro contexto posible -igualmente complejo- es que la bicicleta financiera y el eudeudamiento suicida le den un aire inesperado al gobierno, a costa de nuevas calamidades.
Un aire que debe ser interpretado en su real dimensión. Los ingresos de capitales en un marco de bicicleta financiera complaciente (apertura de cuenta de capitales) contribuyen a financiar los déficits de las cuentas corrientes (la álgida relación exportaciones-importaciones) o el balance comercial (mediante los que se incorpora servicios.  Cuando la tendencia se revierta y revele la profundidad de aquella ficción macabra, la clase trabajadora será -nuevamente- la que mayores daños sufrirá. Y será también , como siempre, el sector más dinámico y progresivo de cara a las contradicciones que vienen.
Por María Liliana Ottaviano (1)

En el marco general de los procesos de desmanicomialización que se han llevado a cabo en todo el mundo y a los cuales insta la Oficina Panamericana de la Salud a través de la Declaración de Caracas, los Principios de Brasilia y el Consenso de Panamá se propone desplazar el eje de la atención brindada en el Hospital psiquiátrico hacia estrategias de atención primaria de la salud con base en la comunidad y promover la atención de pacientes con trastornos mentales en servicios de hospitales generales. Estas propuestas suponen cuestionar las formas tradicionales de atención en salud mental, desplazando la visión psiquiátrica hospitalocéntrica hacia una atención de tipo comunitaria que incluya “lo mental” en el sistema sanitario, partiendo de los derechos humanos de los pacientes, los usuarios y familiares. 



Esto implica, por ejemplo, seguir insistiendo en el derecho a vivir en comunidad y en el principio de intervención mínima de las Naciones Unidas (Art. 29 Declaración Universal de los Derechos Humanos). En nuestro país todavía subsiste un modelo de servicios centrado en el hospital psiquiátrico, conjuntamente con un modelo de abordaje comunitario centrado en la Atención Primaria de la Salud, un espacio singular, transicional, de entrecruzamiento de distintos paradigmas, donde conviven diferentes posturas ideológicas y disciplinares en el campo de la salud mental. El cambio implica reducir en forma progresiva los dispositivos de internación e integrar la atención de salud mental en los servicios de salud generales con base comunitaria Los recursos para afrontar esta enorme carga son insuficientes, y no están distribuidos apropiadamente. Para reducir la brecha de tratamiento, es necesario optimizar el uso de los recursos disponibles, reestructurar los servicios de salud mental basados en un modelo de tipo comunitario y  garantizar la protección de los derechos humanos de las personas con padecimientos mentales y sus familias. Los resultados de las acciones de prevención secundaria y terciaria en el marco de las políticas, planes y programas, tienden a mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos mentales y sus familiares; a facilitar a los usuarios su inclusión en la comunidad; a mejorar su capacidad laboral; a lograr la disminución de los síntomas de su trastorno; a prevenir la comorbilidad física y de las sustancias y a disminuir la mortalidad prematura. Para el año 2010, de la población total de adultos de 15 años y más en Argentina, se estimaba que probablemente el 21 % (6.285.066) padeciera algún trastorno mental durante el último año. Para dicha estimación se extrapolaron datos obtenidos en diferentes estudios epidemiológicos de tipo comunitario sobre trastornos mentales en países de América Latina y el Caribe, a fin de poder llegar a contar con una estimación nacional.(2).  Siguiendo esta línea, en la provincia de La Pampa, el total de población de 15 años y más, según Censo 2010, es de 236.509 personas. El 21% se correspondería con 49.670 personas que podrían padecer algún trastorno mental en el último año (es necesario aclarar que en esta estimación se presentan trastornos severos conjuntamente con otros trastornos que pueden ser considerados menores). Tomando como base dichos antecedentes, surge con evidencia la necesidad de contar con un diagnóstico epidemiológico y sanitario de salud mental a nivel nacional y provincial que permita asignar prioridades y evaluar el impacto de aquellas las intervenciones adoptadas para lograr un cuestionamiento del paradigma tradicional. 
Epidemiología en Salud Mental y Adicciones: En el tránsito del paradigma asilar-tutelar -que rigió históricamente la concepción y el abordaje de la salud mental en Argentina- hacia un paradigma comunitario y promotor de los derechos humanos que cobró renovado impulso a partir del año 2010 con la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, se impone el desafío de edificar un nuevo ordenamiento jurídico, administrativo y sanitario, incorporando el aporte de los saberes profesionales y populares. Una transformación, aún en proceso, que planteó –sigue planteando- el desafío de hacerla sólida y a la vez lo suficientemente permeable a futuros aportes. Entendemos a la epidemiología como la ciencia dedicada al estudio de los procesos colectivos de salud-enfermedad-atención. Se encarga de abordar los fenómenos que atraviesan el campo de la salud y sus manifestaciones a nivel poblacional. Los eventos de salud mental presentan particularidades específicas propias de un proceso complejo como es la subjetividad. La construcción de la disciplina no ha sido sencilla, sin embargo se ha avanzado sobre diferentes aspectos que permiten establecer bases para el estudio y la construcción de espacios de trabajo y producción de conocimiento. A nivel latinoamericano, estas luchas se fueron dando simultáneamente, en diferentes países con retrocesos y avances. El Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS, 2009) – del que Argentina forma parte-, aprobó el documento “Estrategia y Plan de Acción sobre Salud Mental”, en lo que puede considerarse un hito histórico de extraordinaria importancia. La Estrategia recoge la experiencia alcanzada en nuestro continente, en especial en las últimas dos décadas, y expresa el compromiso de todos los gobiernos de la región acerca del evento. El documento se estructura en cinco Áreas Estratégicas, una de las cuales se refiere al fortalecimiento de la capacidad para producir, evaluar y emplear información sobre salud mental. Los sistemas de registro y de información del sector salud son un elemento clave para reducir la brecha existente en términos de información y apoyar a la gestión de los servicios. Estos no pueden ser un simple mecanismo de recolección de datos sino que es la principal herramienta para la realización de acciones de salud basadas en evidencia. 
La Estrategia plantea tres objetivos principales: 
1) Evaluar integralmente los Sistemas de Salud Mental en los países, estableciendo una línea de base y realizando el seguimiento de la situación.
 2) Mejorar el componente salud mental de los sistemas nacionales de información, asegurando la recopilación y el análisis regular de datos básicos en salud mental.
 3) Fortalecer la investigación en el campo de la salud mental en el contexto de las necesidades de cada país y los recursos disponibles. 
Al igual que los sistemas de información, el desarrollo de líneas de investigación en el campo de la Salud Mental es de vital importancia para el fortalecimiento de la Salud Mental.
 En 2013, el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013 – 2020 (OMS 2013) reitera entre sus objetivos reforzar los sistemas de información, los datos científicos y las investigaciones sobre Salud Mental, ya que son componentes básicos para un adecuado proceso de elaboración de políticas, planificación y evaluación en materia de salud mental. En relación a ésto es importante señalar que el sistema de salud argentino posee la característica de estar fuertemente fragmentado y desarticulado debido a que operan tres subsectores de atención a la salud: Público, Obras Sociales y Privado. 
Además, dado que el país presenta diversas realidades regionales, es importante contar con información actualizada y oportuna que las refleje para orientar las políticas públicas en la materia; que no sólo protejan y promuevan la salud mental de todas las personas y que respalden el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con algún padecimiento mental sino que permitan también planificar acciones que garanticen el cumplimiento de dichas políticas. Para tal fin, es indispensable fundamentar dichas acciones con información veraz, confiable y actualizada que conlleve a la efectividad de las mismas. 
En este sentido, desde el año 2010 Argentina cuenta con la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, siendo la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones (DNSMyA) la autoridad de aplicación de la misma. A lo que se suma el Decreto Reglamentario 603/2013 aprobado por el Poder Ejecutivo en mayo de 2013, en el cual se definieron, aclararon y desagregaron los contenidos del articulado de la mencionada ley. El 20 de enero de 2014 se aprobó oficialmente el Plan Nacional de Salud Mental (PNSM) 2013-2018, por medio del cual se proponen una serie de acciones y metas de trabajo para asegurar el derecho a la protección de la salud mental de la población y el pleno goce de los derechos humanos de las personas con padecimiento mental, según lo establecido por dicha Ley y su Decreto Reglamentario.
 El Plan Nacional tiene como propósito “proteger y promover la salud/salud mental de todos los habitantes, formulando contenidos para el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de estrategias, planes, proyectos, programas, actividades, procedimientos, directrices e intervenciones; jerarquizar e integrar el campo de la Salud Mental en el campo de la Salud y de las políticas públicas en general; y disminuir la brecha entre la necesidad y el acceso de la población a la red de servicios de salud mental”(3)-
 La Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones como autoridad de aplicación de la Ley Nacional de Salud Mental y en el marco del Plan Nacional de Salud Mental determina como dimensiones más relevantes para monitorear las siguientes: 
 1) Padecimientos y trastornos mentales en general (Morbilidad atendida) 
 2) Consumo de sustancias psicoactivas (Consumo episódico excesivo de alcohol)
 3) Violencia (Suicidios) 
4) Red de servicios de Salud Mental y Adicciones (adecuación a la Ley 26657/2010) El Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Mental se nutre de información propia y de la proveniente de otras fuentes como estadísticas vitales (nacimientos, muertes), estadísticas hospitalarias (egresos y producción de los servicios), estadísticas y censos (datos demográficos y encuestas permanentes de hogares). 
En relación a los padecimientos y trastornos mentales, la información será proveniente de las estadísticas hospitalarias, el Registro Nacional de Personas Internadas por motivos de Salud Mental (RESAM) y los Egresos hospitalarios por trastornos mentales y del comportamiento.
 En lo que respecta al consumo problemático de alcohol la principal estrategia utilizada es el análisis de las encuestas epidemiológicas realizadas en forma periódica o continuada. Tanto la Encuesta Nacional sobre Prevalencia de Consumo de Sustancias Psicoactivas, como la Encuesta (3)  Nacional de Factores de Riesgo (MSAL 2011) y la Encuesta Mundial de Salud Escolar constituyen una fuente de datos que permitirá evaluar la prevalencia de ciertas condiciones o factores de riesgo. 
Esta estrategia ha demostrado ser de suma utilidad, sobre todo para obtener información, por ejemplo, sobre factores de riesgo potenciales y hábitos personales. Asimismo, se utiliza la misma estrategia para el intento de suicidio, cuyas fuentes de información son: la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE 2007, 2012), el Sistema de Vigilancia de Lesiones Externas (SIVILE), Egresos hospitalarios por lesiones intencionales autoinfligidas. 
Del análisis de estas fuentes se evaluará la pertinencia de generar nuevas estrategias de vigilancia en Salud Mental. En lo que respecta al suicidio corresponde la vigilancia de mortalidad, utilizando como fuente de información las estadísticas vitales; específicamente los datos estadísticos de mortalidad Se realiza un estudio descriptivo retrospectivo, analizando las defunciones por causas externas de los registros permanentes de estadísticas vitales. 
Antecedentes, Contexto Nacional y Provincial: 
En el marco de la implementación de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657 y del Plan Nacional de Salud Mental, la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones propone diseñar e implementar un sistema de información en Salud Mental y Adicciones que permita disponer de datos actualizados y permanentes acerca de las principales problemáticas del área en las diferentes jurisdicciones del país para la toma de decisiones de políticas públicas en la materia. Sosteniendo la idea de que la mejor forma de construir un sistema de información en salud mental y adicciones es junto a los actores involucrados, la definición de los indicadores debe partir de la experiencia concreta de los equipos de trabajo locales, reconociendo la participación de los actores sociales como estrategia indispensable de cualquier intervención poblacional en salud mental. En el Encuentro Nacional de Referentes de Salud Mental y Adicciones realizado en noviembre de 2012, se socializó la Propuesta de Fortalecimiento de Epidemiología en Salud Mental y Adicciones en las diferentes jurisdicciones del país. Para dar continuidad a esta propuesta, se realizaron diferentes encuentros tanto regionales como nacionales, con la metodología de mesa de trabajo contando con la participación de los referentes de epidemiología y miembros de las áreas de Salud Mental y Adicciones de cada provincia El equipo nacional presentó las prioridades sobre las que en el año 2014 se decidió avanzar, en la convicción de que el abordaje de la SM y las Adicciones en el campo epidemiológico, tiene una particular complejidad y una necesidad imperiosa de visibilizar las demandas de atención en SM y adicciones de nuestras poblaciones: 
* Mortalidad por suicidios 
* Intentos de Suicidios 
* Egresos hospitalarios. 
* Consultas ambulatorias en Salud Mental en los diferentes niveles de atención, e Intervenciones comunitarias. 
*Carga y análisis de datos en el RESAM (Registro de personas internadas por motivos de SM)
 De esta manera la información epidemiológica se constituye en un recurso fundamental para el desarrollo de una salud mental promotora de los derechos humanos y un excelente insumo para optimizar las políticas públicas en salud mental y adicciones. Santa Rosa, Abril 2016. 

El presente escrito recopila información y textos de la siguiente bibliografía: http://www.msal.gob.ar/saludmental/images/stories/info-equipos/pdf/2013-09- 26_ley-nacional-salud-mental.pdf 
http://www.msal.gob.ar/saludmental/images/stories/info-equipos/pdf/2013-10- 29_plan-nacional-salud-mental.pdf 
http://www.msal.gob.ar/saludmental/images/stories/info-equipos/pdf/2013-03- 22_experiencias-territoriales-sistematizacion-informacion.pdf http://www.msal.gob.ar/saludmental/images/stories/recursoscomunicacion/pdf/2015-05-07_politicasp-publicas-en-sm.pdf

(1)  Licenciada en Psicología. UNSL.Especialista en Salud Mental Comunitaria. UNLa. Magister en Salud Pública. UNC.

(2)  Sistema de Vigilancia Epidemiológica en SM y A. Boletín N°1. Estimación de la población afectada de 15 años y más por trastornos mentales y del comportamiento en Argentina. Ministerio de salud de la Nación. Año 2010. 

(3) Plan Nacional de Salud Mental. Dirección Nacional de Salud Mental. Ministerio de Salud de la Nación. Octubre 2013.

Por División Las Heras

Pese al blindaje colosal de los medios adictos, y la decisión de la derecha de instalar una escalada revanchista en base a sofismas que sensibilizan la epidermis moral selectiva de la clase media, siempre lista para transformar la política en un hecho policial o judicial, la aparición del affaire Panamá ha estallado en el centro de la construcción de los publicistas neoconservadores. Y -por su magnitud y volumen- ha producido un impacto de connotaciones irreversibles para el gobierno de Mauricio Macri. Aquí no está en juego una nueva edición de las inmoralidades domésticas a las que nos tiene acostumbrados la intencionada caricaturización de la política criolla. Por lo tanto, exhibir la integración de cuentas off shore con la misma ligereza con la que lo hacen desde el oficialismo, planteando una suerte de “suma cero”, un empate en el corruptómetro social, no sólo no aclara sino que oscurece el imprescindible análisis conceptual. La aparición de Macri en esa lista de mala fe, desnuda algo mucho más grave que la insoportable levedad del empresario de pasado y presente opaco, que acertó a ganar las últimas elecciones generales argentinas. Por el contrario, la evidencia incontrastable pone de relieve la lógica de un imperio global de rapiña, de una necesidad del capital concentrado de incumplir a rajatablas las normas formales que el propio sistema financiero establece, utilizando instrumentos que se conciben para ocultar las más tremendas prácticas del delito organizado mundial. Allí eligió ubicarse Macri.En este nuevo modelo de acumulación de capital financiero. Esa es la tarea que en su nombre ejerce la lumpenburguesía que integra. Ese es el mundo cargado de emprendedurismo que, a su manera,y por su condición de clase, expresa. No es sólo la continuación de la evasión y el contrabando por otros medios. Es la certeza de que si el aluvión de dólares prometido (la llegada del nuevo mesías usurero) debería explicarse por la confianza, la confianza no podría explicarse por la adhesión a las cuentas secretas en paraísos fiscales, develadas a partir de un cúmulo de información que hace empalidecer a Wikileaks. Es el fin del pedestre relato macrista, con el que Durán Barba ha logrado hacer ganar elecciones a sujetos impresentables, entre ellos el director confeso de la sociedad offshore Fleg Trading Ltd (y eventualmente de otra, u otras, que comienzan a aparecer en las redes sociales, ante la contumaz censura mediática impuesta por el establishment comunicacional). A esta altura,lo inocultable es que el endeudamiento se organizó para financiar la fuga descarada. Es anecdótico que justo ahora apareciera un "datito" del presidente, porque, en definitiva, eso es solo la punta del iceberg.
Lo central, como lo venimos diciendo desde enero, es que este gobierno bárbaro está dejando tierra arrasada, hambre, desocupacion, miseria, para poder financiar la fuga de capitales también a sus propios bolsillos offshore y programar la entrega del país al gran capital, mediante algunas modalidades que conocemos y otras que, por puro instinto de conservación, preferimos no imaginar.