¿La Inteligencia artificial nos odia?
por Fernando López Menéndez
(Comentario al libro "Antropofobia" de Ignacio Castro Rey).“La inteligencia artificial nos ayuda a salvar el mundo”; “la inteligencia artificial es una amenaza para la humanidad”. Las opiniones más extendidas sobre la IA pasan de un extremo a otro. En Antropofobia, el nuevo libro de Ignacio Castro Rey, se rechazan ambos extremos: ni salvación ni condena, ni el fin del mundo ni el nuevo paraíso en la tierra. Se trata de un libro que se empeña en pensar sobre aquello que hacemos con la IA, y también sobre aquello que la IA hace con nosotros. Pensar en lo que hacemos, en lugar de dejarnos arrastrar por la inercia tecnológica, en lugar de quedar paralizados por aquello que aparentemente nos sobrepasa.

Entre tanta prédica fascistizante, que no casualmente recrudece en esta época  en las redes sociales, circula una consigna que, aunque no reciente, igualmente despierta la atención de los lectores interesados.

 

Por Ariel Fabián Ríos Garcés

Reflexión desde la historia de la filosofía: sobre el dualismo mente/cuerpo y la dominación de las mujeres.

Por Jorge Alemán (*)

Hasta ahora nunca he coqueteado con la izquierda que veía con buenos ojos a Trump: unos porque por fin iba a desnudar y poner en evidencia a la hipocresía Demócrata; otros porque lo veían un roosveltiano proteccionista antiglobalización; y finalmente estaban aquellos que percibían  en Trump  un nuevo rumbo geopolítico que incluso iba a evitar algunas guerras.

La noción de castigo se ha vuelto indudablemente polisémica en el tercer milenio. Si bien es posible establecer analogías conceptuales en las lógicas legitimantes que respecto del mismo se acuñan desde la más remota antigüedad, nunca como ahora el castigo ha derivado en un fetiche disciplinar aceptado en claves diversas,  que en todos los casos cancela cualquier tipo de cuestionamiento a una práctica violenta a la que se le adjudica “ontología" propia.

Hay un axioma básico, que debería ser explicado a los estudiantes de abogacía en las primeras oportunidades en que asisten a clase: el derecho es política.

Por Jorge Alemán (*)

La palabra Comunismo ha vuelto a ingresar en la escena teórica de distintos pensadores, que podríamos designar como “radicales”. En todos ellos encontramos un rasgo similar que insiste de distintos modos: la cada vez más evidente incompatibilidad entre el Poder del Capital y la organización democrática de la sociedad.

En este trabajo final hemos intentado recorrer, dialécticamente, las perplejidades iniciales que nos plantea un profundo proceso de colonización epistemológica en América Latina, que data de cinco siglos, seguido por una revalorización reciente de los contenidos tradicionales medulares del pensamiento indígena, incluyendo sus vertientes míticas y religiosas, para finalmente dar cuenta de las tareas incumplidas en materia de la construcción de una filosofía de la liberación y el método propiciado en aras de alcanzar ese objetivo.