Compartimos con nuestros lectores una entrevista realizada por el escritor Ramiro Torres al filósofo español Ignacio Castro Rey, colaborador de nuestro espacio, publicada en la revista Palavra comum.
Hubo un tiempo durante el cual los colonizadores pusieron en duda la posibilidad de que los pobladores originarios de América Latina pudieran ser considerados seres humanos. En una etapa histórica posterior, el vasallaje naturalizó una segunda perplejidad, consistente en debatir la existencia de una filosofía indígena, a la que se llegó a negar de plano. Con ella, sobrevino una tercera polémica que se dedicó a poner en cuestión, inclusive, la existencia misma de una filosofía latinoamericana.
Por Ignacio Castro Rey
Fijémonos en que, del amor a la decisión, del tabaco a la conversación, del alcohol a la lectura, todas las tecnologías corporales de concentración, que te permiten ser libre al menos de forma ocasional, están disueltas a manos de las tecnologías gregarias de dispersión. Hasta la concentración ociosa del paseo -caminar sin rumbo, contemplar, recordar, pensar en cualquier cosa- ha desaparecido en aras del mando a distancia. Reparemos solamente en un ejemplo minúsculo y significativo.
La Sala "B" del Tribunal de Impugnación Penal de la Provincia de La Pampa acaba de hacer lugar en el Legajo Número 28770/1, del 28 de diciembre del año en curso, a un recurso de impugnación intentado por el Defensor Oficial de la II Circunscripción Walter Vaccaro, que se había agraviado oportunamente respecto de la violación por parte del actual Código Provincial de Faltas del principio de imparcialidad y el derecho de defensa, al reservar todavía las funciones de investigación, incorporación de pruebas y decisión en manos de un mismo juez.
En 1829, el dramaturgo y diplomático ruso Aleksandr Griboyédov era asesinado en Teherán por un grupo de ciudadanos enfurecidos por el humillante Tratado de Turkmenchay (1828), que Rusia imponía a Irán tras la victoria en la última guerra entre ambos estados: 20 millones de rublos por daños, la anexión de Armenia, Georgia, Azerbaiyán, Abjasia, Osetia del Sur, y el control total sobre el mercado iraní.
Desentrañar el entramado explicativo de las causas y consecuencias de los magnicidios supone una operación para nada sencilla.
Ayer fue asesinado en Ankara el embajador Andréi Kárlov, un funcionario clave de la diplomacia rusa, que antes de ser destinado a Turquía había cumplido funciones análogas en otro lugar sensible para la administración Putin: Corea del Norte.