Por Eduardo Luis Aguirre (*)
El mundo de la transmodernidad exhibe varias peculiaridades. Una de ellas es que nos enteramos en tiempo real de los acontecimientos que suceden en cualquier lugar del planeta. Esos hechos nos atraviesan, nos implican, nos comprometen.
En los últimos años -de cara a la adscripción electoral recurrente de vastos sectores sociales a las expresiones más radicalizadas de la derecha- han crecido los interrogantes y los ensayos de explicación respecto del comportamiento de ese colectivo social inasible al que denominamos convencionalmente “clase media”. La preocupación es absolutamente razonable, y radica en que, en muchos casos, ese sector social ha contribuido decisivamente a la imposición de proyectos políticos conservadores que, paradójicamente, perjudican sistemáticamente sus propias expectativas e intereses.
Por Eduardo Luis Aguirre
Alcira Argumedo, la intelectual que entre 1968 y 1974 formó parte de las «Cátedras Nacionales» de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, sintetizó en su obra “Los silencios y las voces en América Latina: notas sobre el pensamiento nacional y popular”, lo más saliente de una construcción teórica fuertemente atravesada por el nacionalismo popular y las teorías críticas latinoamericanas.
Por Nazanin Armanian
Lo último para debilitar y desacreditar el movimiento universal de liberación de la mujer ha sido acusarle de representar al “feminismo blanco- occidental-cristiano”, de ejercer superioridad racial y de clase sobre las mujeres de otros países, razas y religiones, y elaborar recetas equivocadas para ellas, menospreciando su voluntad de sentirse felices como ellas desean.
El pensamiento occidental moderno es un pensamiento abismal. Este consiste en un sistema de distinciones visibles e invisibles, las invisibles constituyen el fundamento de las visibles. Las distinciones invisibles son establecidas a traves de lineas radicales que dividen la realidad social en dos universos, el universo de "este lado de la linea" y el universo del "otro lado de la linea".
Por Boaventura de Sousa Santos**
El futuro de la izquierda no es más difícil de predecir que cualquier otro acontecimiento social. La mejor manera de abordarlo es haciendo lo que llamo sociología de las emergencias. Consiste en prestar especial atención a algunas señales del presente para ver en ellas tendencias, embriones de lo que puede ser decisivo en el futuro.