Por Eduardo Luis Aguirre.


El 2 de octubre,de 1994 se apagaba la vida de Jorge Abelardo Ramos, uno de los exponentes más lúcidos y agudos de la izquierda nacional. Un historiador original y valiente, dueño de un pluma prodigiosa y un decir sustantivo. El polemista que a traves de una obra prolifica y exquisita explicaba en clave antioligárquica y antiimperialista la historia de las pomposas republicas que el imperialismo creó a martillazos en nuestra región para evitar que la América Latina se
constituyera en una única Nación. El que entendió como nadie las fuerzas que habitaban el largo proceso colonial y la significación de los movimientos de liberación nacional. Algo que las izquierdas tradicionales y el progresismo de las almas bellas nunca pudieron hacer. Me llevó dos años enteros de mi vida juvenil leer y releer su obra y la de otros pensadores nacionales. Asistí a muchas de sus reuniones y conferencias. La influencia del pensamiento de Ramos fue enorme. Cuando uno lee las tesis sobre el populismo de Laclau no puede evitar remitirse a aquel Frente Nacional que el Colorado reivindicaba medio siglo antes. Un patriota, un creador talentoso y disruptivo. Como un humilde homenaje a su pensamiento feraz y antioligárquico, comparto una de sus ultimas apariciones públicas. Una verdadera clase que explica la relaciónde fuerzas de la década de los 90 teniendo en cuenta la aparicion del Consenso de Washington y de un nuevo sistema de control global y acumulación decapital. Eso que llamamos neoliberalismo.