Espero que nuestros lectores sepan dispensar un espacio de autorreferencialidad, infrecuente en este blog. Pero quería compartir con los ellos la obtención del segundo doctorado del responsable del mismo, esta vez en Derecho Penal, por ante la Universidad de Sevilla y con obtención de la distinción Cum Laude.
A esta altura de la vida, este tipo de costosos logros, conseguido en condiciones para nada  fáciles, es susceptible de ser leído como el cumplimiento de un objetivo que trasciende lo individual y abarca a muchos otros miembros de nuestra comunidad académica que, durante años, infaltablemente y sin otra especulación que la consolidación y el crecimiento académico de nuestra joven Facultad, abrazaron la enseñanza y el aprendizaje de la "cuestión criminal".
A colegas y alumnos, que por centenares me hicieron llegar su agradecimiento, les estoy inmensamente agradecido. No me asumo sino como una síntesis circunstancial de una lucha desigual iniciada hace casi dos décadas, haciendo frente a las posturas negativas de estructuras, corporaciones y poderosos factores de poder conservadores. Aquí estamos, superando los riesgos que nos preocupaban hace algunos años, expresados en clave de gestión inquisitorial, y conviviendo -logicamente- con otros.