Por Eduardo Luis Aguirre.

La OTAN ha armado a Ucrania hasta los dientes y el gobierno de Zelenski accede a tecnología de última generación. Nada hace suponer que esta guerra cese en lo inmediato.

Por María Liliana Ottaviano

Cuando Eduardo Aguirre escribe en su artículo “Intento de golpe en Brasil. La fuerza de choque de la derecha” realiza dos caracterizaciones en las que me interesaría detenerme en este escrito, ya que ambas son indispensables para entender lo que ocurre por estos días en Brasil, pero también para poder acercarnos a otras experiencias golpistas que han sucedido en nuestra región.

Por Eduardo Luis Aguirre 


La nueva capital de Brasil (las anteriores fueron Salvador de Bahía y Río de Janeiro), fundada en 1960 (fue construida en poco más de tres años) y calculada para que vivieran alrededor de 500.000 personas, la mayoría de ellas funcionarios públicos, hoy es una megalópolis habitada por casi 5.000.000 de ciudadanos si consideramos también la zona metropolitana o gran Brasilia.

   Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

 

 

 “No tengo patria para dibujar sobre sus paredes / con una tiza de la infancia: ¡Que Viva! / No tengo patria que haya que aguantar cada mañana / tomando mi taza de café, / mientras me pule el sol. / No tengo patria, que me otorgue su pulmón  /  y yo lo otorgue el mío / ser su ruido y mía sea la voz  /  seré el travieso, el malévolo, el rebelde y el arduo / y seré el sabio, el intuitivo, el piadoso y el gran corazón. / No tengo patria para escribir /  sobre el cobre de una de sus casas: / bienvenidos amigos, / esta es la casa de Hussein Habasch. / No tengo patria donde me emborrache en sus tabernas / hasta el último aliento de la noche, / vagabundeando en sus caminos, / y donde mi corazón sea su terreno, / me abrigue y la abrigue / la escuche y me escuche / como buenos amigos. / Pero no tengo patria…”.  (“Desilusión”, de Husssein Habash, poeta kurdo exiliado en Alemania).

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 



En 2013, 1.127 trabajadoras y trabajadores murieron como consecuencia del derrumbe de un edificio en Dacca, la capital de Bangladesh. La empresa estaba al tanto de las deficiencias y debilidades estructurales del precario sitio donde se explotaba diariamente por sueldos misérrimos a trabajadores cualificados (incluyendo mujeres y niñes), pero igualmente los obligó a cumplir sus tareas en esas condiciones extremas y esclavistas bajo amenazas de sanciones y despidos.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 





Varios medios de comunicación consignaron hace pocos días una noticia inquietante. El Reino Unido se dispondría a recibir en Malvinas a soldados kosovares para realizar “ejercicios de entrenamiento” y otras actividades que hasta ahora, al parecer, se desconocen. Kosovo declaró en 2008 su independencia de Serbia, algo que es rechazado por Belgrado y la mayoría de los países que integran la denominada “comunidad internacional”. Entre ellos, Argentina.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 





Durante el partido que deparó la primera gran sorpresa del mundial de fútbol -la derrota histórica de Argentina contra Arabia Saudita- no pasó inadvertido el árbitro de ese encuentro, el esloveno Slavko Vincic. Es comprensible, razones futbolísticas no faltaron para que el juez fuera observado por su desempeño. Pero, más allá de esos motivos, con el correr de las horas la prensa mundial se ocupó de la particular biografía de Vincic.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

Los tediosos e interminables comentarios de los comentaristas talevisivos afrontando el desafío de estirar las transmisiones al infinito terminan siendo una monótona sonoridad para los espectadores.Uno de los dispositivos que caracterizan cada vez más explícitamente las coberturas de la industria del fútbol en tiempos neoliberales, exhiben además la singularidad de la reiteración de lo obvio y la repetición de especulaciones y conjeturas reiteradas y concéntricas.