Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

 

En una inesperada carta firmada por 102 integrantes de la casta de personas más ricas del mundo, se exhorta a “la política” a "mostrarle al mundo que merecen su confianza" mediante la imposición de un impuesto anual de tal magnitud que sería capaz de sacar a 2300 millones de seres humanos de la pobreza. La filantropía convive en el mismo texto con una exhibición macabra de realpolitik: "Son impuestos u horcas", previnieron, sin precisar quiénes serían los destinatarios de estas últimas.


La carta da en la tecla y pone sobre el tapete uno de los problemas más graves del mundo, cual es la desigualdad, en este caso fiscal.

Hasta el inquietante Elon Musk aseguró que será el contribuyente más importante de la historia de Estados Unidos. Una expresión que coincide con el anuncio de su decisión de colocar chips cerebrales a través de su empresa Neuralink, que se encuentra preparando los ensayos clínicos en pacientes humanos después de tener éxito con un cerdo y un mono macaco. Según el magnate, se aguarda que los dispositivos ayuden a tetrapléjicos a caminar y permitan a personas con parálisis "usar un teléfono inteligente con la mente más rápido que alguien que usa los pulgares". Musk es el mismo empresario que aseguró hace pocas horas que hay un 100% de posibilidades de extinción masiva en la tierra y convocó una vez más a colonizar Marte, desde la autoridad que le da una fortuna calculada en 45.000 millones de dólares (casualmente, la suma que nos desvela en la Argentina). En este mundo traidor, mirar Netflix no es lo mejor, pero a veces es necesario no como entretenimiento sino como forma de imaginar lo que podría ocurrir si el capitalismo hiciera un trasvasamiento futuro de sus lógicas y prácticas a Marte. El dueño de Tesla y Space X, uno de los que piden que le cobren impuestos ahora (Tax us now) teme que, de no concretarse esta medida, estemos frente a un escenario terrestre de violencia inusitada. Lo más llamativo es que de esa manera aspirar a recomponer la confianza en la política, pero nada dicen del capitalismo.


Esta no es la primera vez que el hombre más rico del mundo menciona esta posibilidad. En una entrevista con la revista Time ya había dicho que su objetivo era que la humanidad “se convierta en una civilización espacial”.

“Además, el científico tiene, desde hace tiempo, una idea en la cabeza: la colonización de Marte. Por eso, su proyecto tiene como nave insignia a Starship, un cohete diseñado por SpaceX que será el encargado de viajar a ese planeta. La idea es la de reducir el costo de este trayecto para hacerlo más accesible y poder crear una ciudad autosuficiente para todos”.

“Starship es el cohete más complejo y avanzado que se ha hecho en la historia. No queremos tener a Marte con banderas y pisadas y no volver por otro medio siglo como hicimos con la Luna. Necesitamos una especie multiplanetaria”, subrayó. Durante una participación en el podcast de Lex Fridman, Musk detalló que este viaje podría realizarse, en el mejor de los casos, en cinco años, y en el peor, en diez.

El terrícola que quiera viajar al planeta rojo tendría que pagar un billón dólares, algo que lo hace imposible de realizar por el momento. “Ninguna cantidad de dinero podría llevarte a Marte. Necesitamos hacer que eso sea posible”, agregó. Además, planea llevar varios animales en lo que definió como un “arca de Noé futurista”.

Sabemos que el capitalismo hace rato que prescinde de la ética y no tiene ningún tipo de compromiso con la verdad. Que además acumula la potencia cultural, comunicacional y discursiva para fijar la agenda del mundo entero.

Incomparable convocatoria para pensar en aquello que nos ha sido vedado pensar. El mundo afronta una complejidad extrema y no resulta para nada disparatado que alcance niveles de violencia extremos que sumados al deterioro ambiental lo conviertan en un hogar inhabitable que nos convoque a pensar en términos de política y ciencia ficción.

A los gobiernos de las naciones “democráticas” las cosas no les van tan bien. En tan solo un año en la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden ya sabe que el 56% por ciento de los estadounidenses desaprueba su gestión, sólo un 37% de los estadounidenses aprueban lo hecho en materia económica y un magro 24% vería con buenos ojos su reelección. El demócrata está en caída libre, y la crisis de legitimidad se aceleró después de la crisis afgana. Nada hace pensar que los 70 millones de votantes de Trump hayan disminuido. Ahora bien, en la primera potencia mundial hay un antagonismo (confieso que me cuesta evitar decir lucha de clases) clarísimo. La desigualdad social es, además, la más grosera de la historia planetaria, el punto de poner en vilo a los más ricos. A diferencia de lo que ocurría hace pocas décadas, somos 8000 millones de súbditos a los que el neoliberalismo debe alimentar. Por si esto fuera poco, estamos al borde del colapso bélico, sanitario, financiero, militar y hasta socioambiental. La séptima parte del planeta está desertificada. Heidegger, recuerdo, decía que de la destrucción se vuelve pero de la desertificación no. Seguramente, este centenar de bonachones están en condiciones de describir y comprender la magnitud de este armagedón mucho mejor que nosotros. Es una filantropía condicionada, prófuga, en principio, por la posibilidad de que sucumban 2000 millones de seres humanos y saben que los estados han perdido legitimidad y capacidad de coerción. Lo mismo que las alianzas, organismos e instituciones regionales o globales. La política internacional parece fuera de control y no porque lo anuncie este grupo de plutócratas impúdicos. La autoridad simbólica de los estados se desvanece sin pausa. Paradójicamente, tal vez China, Corea del Norte, Rusia y algunos otros gobiernos “no democráticos” como Cuba no sientan tan en carne viva este asedio. Seguro que los demás sí. El fin de la historia tal vez se convierta en el paradigma más fugaz de la historia y en el más criminal. Una historia donde lo real y lo fantástico se entrecruzan en un infierno ininteligible, azuzado por pandemias y padecimientos por doquier.



Fuentes:

https://izquierdaweb.com/elon-musk-ciencia-y-tecnica-para-capitalistas/?gclid=CjwKCAiA0KmPBhBqEiwAJqKK4wkMjsKHvo7XYjOzbNQzkJmiEaAA9Gf-Oc5h6r9q2hKtrWQRF0XJ5hoClScQAvD_BwE

https://www.elpais.com.uy/informacion/sociedad/hay-posibilidades-extincion-masiva-dijo-elon-musk-llamo-colonizar-marte.html;

https://www.baenegocios.com/mundo/Elon-Musk-se-prepara-para-implantar-chips-en-cerebros-humanos-20220120-0090.html

https://www.baenegocios.com/mundo/A-un-ano-de-asumir-cae-la-aprobacion-de-Joe-Biden-20220119-0127.html