El día después
Por Eduardo Luis Aguirre
Elijo siempre escribir el día después. Es un viejo estilo que permite ahorrar adjetivos y elegir las invocaciones. Ni siquiera sé si el ritual se compadece realmente con la materialidad de los desastres, pero sí que me permite constatar que lo ocurrido no entraña sorpresa, aunque eso no aplaque los dolores más profundos. Tal vez el acontecimiento no sea más que un episodio desgraciado que actualiza un clima de época meteórico y atroz.

Por Eduardo Luis Aguirre

 En un país que a más de un año de producido el censo nacional no pudo constatar cuántos habitantes tiene, conferirle algún valor de referencia a las consultoras privadas que ensayan las más variopintas, fragmentarias e inconfiables metodologías es un ejercicio de fe donde la verdad aparente es producto de una suerte de revelación.

Por Eduardo Luis Aguirre

Nuestra región ya no parece ser el subalterno patio trasero del imperio en un mundo unipolar. La profundización de las disputas geopolíticas, militares y económicas entre Estados Unidos y China ha colocado a nuestra América en un nuevo escenario, un territorio en disputa sobreviniente en un mundo donde proliferan las áreas sensibles.

Por Lidia Ferrari (*)

En continuidad con mis últimos textos comparto este hallazgo en Antonio Gramsci. Parece Gramsci también haber padecido algo de la vergüenza por su lengua subalterna, el sardo. Traduzco un fragmento de una carta desde la cárcel a su hermana Teresa.

Por Santiago Alba Rico (*)

España es un país difícil. La derecha lo quiere simplificar. Es ese, desde los Reyes Católicos, su impulso histórico: lo llamaré el "método Procusto", por el mitológico ladrón que ajustaba el cuerpo de sus huéspedes, sierra o martillo mediante, al tamaño de la cama; o también "método Gordias", en referencia al complicadísimo nudo que Alejandro Magno, sin tiempo que perder, cortó de una cuchillada para conquistar la Frigia. La derecha quiere decidir el tamaño de España. La derecha quiere deshacer el nudo llamado España a golpes de espada.

Por Ignacio Castro Rey (*)



La velocidad y el movimiento se han convertido en el conservadurismo perfecto. La interactividad usa la dialécticaentreaislamiento real (estrellas) y conexión virtual (barras) que sigue a la higiene angloamericana que dirige al mundo occidental desde la Segunda Guerra.

Por Eduardo Luis Aguirre

El Partido Popular espera dar mañana el golpe de gracia y desalojar al socialista Pedro Sánchez del gobierno español.

Eduardo Luis Aguirre y un análisis sobre la reciente reunión entre la CELAC y la UE. La cuestión Malvinas y las disputas por el desarrollo energético que llegó para quedarse.