Por Jorge Alemán (*).
Días pasados publiqué una breve nota en Página 12 donde afirmaba que el poder en Argentina estaba dispuesto a incendiar el país e incluso ahogar el mercado con tal de que no se consolide un gobierno nacional y popular.
Por Eduardo Luis Aguirre
Hoy se conmemora un día especial para los pampeanos. El día en que una alerta valiente y temprana, solitaria y solidaria, informaba al gobierno nacional de que algo dantesco habría de ocurrir. Y aconteció una de las catástrofes ambientales más graves que asoló a nuestro país.
Por Eduardo Luis Aguirre
En un país que a más de un año de producido el censo nacional no pudo constatar cuántos habitantes tiene, conferirle algún valor de referencia a las consultoras privadas que ensayan las más variopintas, fragmentarias e inconfiables metodologías es un ejercicio de fe donde la verdad aparente es producto de una suerte de revelación.
Por Eduardo Luis Aguirre
Nuestra región ya no parece ser el subalterno patio trasero del imperio en un mundo unipolar. La profundización de las disputas geopolíticas, militares y económicas entre Estados Unidos y China ha colocado a nuestra América en un nuevo escenario, un territorio en disputa sobreviniente en un mundo donde proliferan las áreas sensibles.
Por Lidia Ferrari (*)
En continuidad con mis últimos textos comparto este hallazgo en Antonio Gramsci. Parece Gramsci también haber padecido algo de la vergüenza por su lengua subalterna, el sardo. Traduzco un fragmento de una carta desde la cárcel a su hermana Teresa.
Por Santiago Alba Rico (*)
España es un país difícil. La derecha lo quiere simplificar. Es ese, desde los Reyes Católicos, su impulso histórico: lo llamaré el "método Procusto", por el mitológico ladrón que ajustaba el cuerpo de sus huéspedes, sierra o martillo mediante, al tamaño de la cama; o también "método Gordias", en referencia al complicadísimo nudo que Alejandro Magno, sin tiempo que perder, cortó de una cuchillada para conquistar la Frigia. La derecha quiere decidir el tamaño de España. La derecha quiere deshacer el nudo llamado España a golpes de espada.
Por Ignacio Castro Rey (*)
La velocidad y el movimiento se han convertido en el conservadurismo perfecto. La interactividad usa la dialécticaentreaislamiento real (estrellas) y conexión virtual (barras) que sigue a la higiene angloamericana que dirige al mundo occidental desde la Segunda Guerra.