Un ejercicio esforzado de anticipación (a propósito de la marcha en defensa de la Universidad Pública)
Por Eduardo Luis Aguirre
Mientras echo mano a la contemplación, infranqueable límite que a veces nos impone el cuerpo, me asalta un recuerdo vívido proveniente de la filosofía del derecho. Por supuesto, siempre dando vueltas sobre las certidumbres y falacias, sobre la culpa y la inocencia, sobre un agresor y su víctima. En fin, bien binarios, típicos de la trepanación de cráneos con la que el dogmatismo jurídico empantana nuestro pensamiento crítico.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

¿Qué nos sugiere el silencio? ¿Cómo es nuestro vínculo humano con esa quietud? ¿Hay una filosofía en el silencio? Si la hubiera, recuerde que la filosofía puede ser caracterizada como el amor a la sabiduría, como lo hacen los pensadores occidentales desde tiempos inmemoriales, pero también como una cultura que ha encontrado a su sujeto, como lo han enunciado los filósofos de la liberación.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

Las autoridades de Kosovo han llevado a un punto sensible de tensión su relación con Serbia. La excusa para profundizar sus diferencias con Belgrado radica en la decisión kosovar de obligar unilateralmente a los serbios que viven en ese territorio a utilizar en sus vehículos placas y documentos que serán proveídos por el gobierno de Prístina. Las cadenas mundiales daban cuenta de esporádicos disparos y heridos entre la población serbia, mientras que sonaban las alarmas frente al recrudecimiento del conflicto.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

La cultura occidental es un concepto que, además de ser polisémico e impreciso, encierra en su interior una multiplicidad de opacidades que generalmente se han expresado a lo largo de los siglos como trágicas pulsiones de muerte u horribles matanzas.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

No es la primera vez que me detengo a leer a Wendy Brown. Es una de las pensadoras que me atraen especialmente por su capacidad de enlazar, de articular ideas, teorías y categoría con una impecable claridad.

Esa condición asequible hace que sus especulaciones no queden sometidas al albur de interpretaciones varias ni se empantanen en la comprensión fragmentaria del lector.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

En política, especialmente en lo que acontece alrededor del Príncipe, el hombre común es tributario de sus múltiples circunstancias, en especial de la carencia de información fiable. El hombre y el poder son finitos. Las circunstancias, no.

Por Eduardo Luis Aguirre

 

 

 

No han sido pocos los filósofos que han intentado con diversos argumentos vincular el fantasma de la soledad con la angustia y la amargura. Por supuesto, que con esa finalidad hayan elegido para ejemplificar su tesis a Friedrich Nietzsche no puede sorprendernos. La existencia tortuosa del Loco de Turín, del genio de Röcken, el pensador alemán nacionalizado suizo hijo de pastores protestantes viene como anillo al dedo. Es cierto que los últimos y dramáticos tiempos del creador del Anticristo en Basilea transcurrieron en un contexto de indiscutible incomunicación. Pero sus años de producción intelectual más brillante no estuvieron signados por una pasión triste asimilable a la soledad. Por el contrario, Nietzche reconocía por entonces a la soledad nada menos que como “una exigencia del filósofo” (1).

Por Jorge Alemán (*)

 

 



La tesis es defendida por muchos teóricos de las nuevas derechas prorusas o prochinas y por ciertas izquierdas que por distintas razones no pueden aceptar el giro autoritario hacia el Capitalismo de China y Rusia. Hacen una lectura en términos de decadencia, esa que está encarnada por LGTBI +,los homosexuales, las feministas y todas las movilizaciones en la calle que según la oficialidad china pretenden imitar a las de Hong Kong .