Por Jorge Alemán (*)
 
Después de Hegel, fue Lacan quien afirmó que el cristianismo era una “religión verdadera”. Sin entrar en cuestiones hermenéuticas, teológicas o filosóficas, intentaremos dar un razonamiento que se aproxime a la enigmática afirmación que, en el caso de Lacan, no procede ni de la fe ni de ninguna clase de humanismo.
1. Al cristianismo lo funda  el miembro de una secta, un rabino judío exterior y heterogéneo a la comunidad que se instituye con la muerte de Dios.
2. Dios muere con él en la cruz y deja vacío el lugar del Otro. La encarnación y la muerte en la tortura constituyen una desfundamentación de la Ley. Pero con la resurrección confirmada por la militancia de Pablo permanece un resto no matable, un resto que está dentro y fuera del cuerpo del mártir o testigo de lo que no muere del todo.
3. Ya en el juicio inconcluso que se le hace a Jesús, hay un resto. La ley no sanciona nada ni concluye en juicio definitivo a diferencia de lo ocurrido conSócrates.
4. El resto que no muere en manos de la Ley, eso que no es “matable “, es  la precondición del proyecto emancipatorio. Esto no es la Teología de la Liberación que invoca a la fe, es un intento materialista que intenta salir de los límites de un ateísmo ingenuo.
5. ¿Qué debe hacer un colectivo, lo que según Hegel, se encarna  y traduce al Espíritu Santo, para asumir una causa constituida por el resto no matable? Pero, ¿habría colectivo emancipatorio sin referencia a un resto inmortal que debe abandonar la Cruz para pasar al lugar de un anudamiento colectivo? Es posible que sin referencia a ese núcleo no matable, aquello que es  imposible de liquidar, la lógica del exterminio triunfaría definitivamente.
(*) Jorge Alemán es psicoanalista y escritor.
Publicado originariamente en https://www.cuartopoder.es/tribuna/2016/08/06/cristianismo-e-izquierda-lacaniana/8947