Por Lidia Ferrari
A la angustia, a la desesperación, a la impotencia, a las ganas de llorar hay que ponerle palabras. Nos están saqueando, robando, matando. Encontrar las palabras. Durante el gobierno de AF se hablaba todo el tiempo de lo mal que estábamos, del hambre. Creo que había más palabras para el hambre que ahora que es mucho más difícil para un padre o una madre darle de comer a sus hijos. Es que son las palabras las que le dan o no existencia a lo que nos sucede.
Por Eduardo Luis Aguirre
Hace algunos años, el pensador francés Christian Salmon compartió una atrapante conferencia con Darío Sztajnszrajber en el encuentro denominado “Santa Fé debate ideas”. La presencia de un intelectual contemporáneo de la estatura de Salmon no tuvo -cosa que habitualmente acontece- la difusión necesaria en todo el país.
Por Eduardo Luis Aguirre
Como en los tiempos bíblicos, parece en un principio que es posible construir una cronología exacta de la historia. En la práctica, en cambio, la confusión, las disputas, la vaguedad y el generoso transcurso del tiempo lo dificultan. Si decodificar el presente implica un mandato de cumplimiento imposible, recorrer más de dos mil años de la era común parece una empresa utópica.
Por Eduardo Luis Aguirre
Las provincias, de pie. Las Provincias Unidas de pie. Una vez más, después de dos siglos, emerge institucionalmente el prejuicio abisal que enfrentó a civilizados y bárbaros. Creímos, durante mucho tiempo, que ese antagonismo quedaba reservado para la vieja manualística conservadora de las escuelas primarias. Pero de pronto, con la misma pedagogía sesgada con la que nos formaron, reaparece una conflictividad que a algunos puede llamar la atención y a otros no tanto. Entre estos últimos, un número cada vez más importante de militantes y pensadores nacionales comenzó a analizar si un resabio de la crisis no saldada de la argentinidad no seguía radicando en el incólume peso específico del puerto. De la ciudad cuya burguesía europeísta y arriñonada al contrabando no se oponía descaradamente a las gestas libertarias sangrientas que gauchos e indios, a la sazón, “bárbaros” disputaban por la libertad y la unión de lo que finalmente sería este país.